Muchas veces suele plantearse una fuente constante de problemas con relación a las obras en los contratos de arrendamiento; cuáles puede o no puede hacer el inquilino, quién debe abonarlas, qué obras debe realizar el propietario de forma obligatoria, si tiene derecho o no a incrementar la renta… etc.
Para solventar todas estas cuestiones debe distinguirse, en primer lugar, entre dos tipos de obras:
- Las obras necesarias o de conservación
- Las obras por mejoras.