El arrendador podrá resolver el contrato de arrendamiento por cualquiera de las siguientes causas:
- Impago de la renta por el arrendatario.
- Impago de la fianza o de sus actualizaciones.
- Subarriendo o cesión sin consentimiento.
- Causar el arrendatario daños en el garaje o realizar obras sin consentimiento del arrendador.
- Dar un uso distinto al garaje para el cual se pactó.
- Incumplir el arrendatario cualquier otra obligación que haya asumido en el contrato, a menos que el arrendador prefiera exigir el cumplimiento de dicha obligación y continuar con el contrato.