Aprender a elaborar un contrato de depósito puede resultar una tarea necesaria en aquellas ocasiones en las que se involucre una transacción comercial o bancaria. Es el caso del contrato de depósito bancario, a través del cual el banco recibe una cantidad de dinero, del cual puede disponer con total libertad, aunque estará obligado a restituir la misma suma en un plazo convenido.
Este modelo de contrato de depósito tiene diferentes variantes, ya que un contrato de depósito bancario puede ser a plazo fijo o a la vista. Si se trata del primer tipo, el banco se encarga de remunerar a su cliente con intereses por la colocación. En cambio, en los depósitos a la vista no se suele pagar intereses.
¿Cómo se clasifica el depósito de dinero?
Cuando se trata de realizar un depósito de dinero en el banco, este podrá clasificarse como a la vista, a plazo fijo o con previo aviso, siempre teniendo en cuenta las condiciones que estipula el banco para la devolución del capital al cliente
- Depósito de dinero con previo aviso: en este tipo de contrato de depósito bancario, queda estipulado que el depositante puede retirar el dinero ofreciendo un aviso previo al banco y dentro de un marco temporal acordado.
- Depósito de dinero a la vista: en esta clase de documento, la institución bancaria tendrá la obligación siempre, de reintegrar todo el dinero depositado en el momento que el depositante lo requiera y sin ninguna demora.
- Depósito de dinero a plazo fijo: en este caso no existe tanta flexibilidad y el contrato se ciñe a un plazo de tiempo en el que el depositante no puede retirar el dinero y el banco no tiene la obligación de reintegrarlo, hasta que no se cumpla un plazo pactado.
La características del contrato de depósito suelen ser comunes en todos los ámbitos y exige un acuerdo total entre las partes y la plena capacidad de los sujetos implicados.
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